En el vasto océano que cubre más del 70% de nuestro planeta, habita una miríada de seres asombrosos, y entre ellos, destaca la ballena picuda con dientes en forma de pala, también denominada ballena de Travers o de Bahamonde. Esta misteriosa criatura, perteneciente al grupo de las ballenas barbadas o misticetos, ha sido durante mucho tiempo un enigma para los científicos debido a su escasa aparición en registros fósiles y su nula observación en estado salvaje. Sin embargo, gracias a un desafortunado evento en 2010, el misterio comenzó a desvelarse.

Esta especie, pese a pertenecer al grupo de misticetos, posee dos característicos dientes en forma de pala que sobresalen de su mandíbula inferior, otorgándole un aspecto peculiar y distintivo. Históricamente, se conocía de su existencia únicamente por unos pocos restos fósiles hallados en Nueva Zelanda y Chile desde el siglo XIX. Fue sólo en 2010 cuando una madre y su cría quedaron varadas en una playa neozelandesa, otorgando a los científicos una oportunidad única para estudiar a esta especie en vida. A través de meticulosos análisis genéticos, morfológicos y radiográficos, los investigadores confirmaron que efectivamente se trataba de la especie Mesoplodon traversii. Los descubrimientos se publicaron en la revista Current Biology, aportando un gran valor a la comunidad científica y al mundo.

Las particularidades de la ballena picuda con dientes en forma de pala son fascinantes. Su tamaño, de aproximadamente 5,3 metros y un peso alrededor de 1,4 toneladas, la sitúan entre las ballenas más pequeñas del mundo. Presenta un cuerpo predominantemente gris oscuro o negro, con manchas más claras en el vientre y las aletas. La prominencia de su cabeza junto con sus característicos dientes que pueden alcanzar hasta 10 centímetros de largo, le otorgan un aspecto distintivo en el mundo de los cetáceos. Pese a su tamaño, esta ballena es capaz de sumergirse hasta 1.000 metros en busca de alimento, basando su dieta en peces, calamares y otros cetáceos. Aunque aún queda mucho por descubrir sobre esta especie, los científicos creen que realiza migraciones estacionales y que su reproducción ocurre entre julio y octubre.

No obstante, la Mesoplodon traversii no es la única ballena que ha cautivado nuestra curiosidad. Otras, como la ballena de Groenlandia, la ballena de Omura y la ballena sei, también comparten este manto de misterio y admiración. Cada una, con sus características y hábitos distintivos, nos recuerda la riqueza y diversidad que alberga nuestro planeta, y la necesidad de proteger y estudiar estos majestuosos seres del abismo marino. La próxima vez que mire al vasto océano, recuerde que debajo de sus olas, viven criaturas sorprendentes esperando ser descubiertas.

por c1861798