
Argentina está preparada para un cambio trascendental. A partir de 2025, las empresas con consumos superiores a 300 kW deberán integrar un 20% de energías renovables en su matriz. Este marco regulatorio no solo refuerza el compromiso con el Acuerdo de París, sino que también fomenta una economía más verde, impulsando inversiones estratégicas en el sector energético.
Este cambio no es solo una obligación legal, es una oportunidad para transformar el país. Con una generación renovable creciente y proyectos en expansión, se abren puertas a tecnologías limpias que garantizan un futuro sostenible.
El Régimen Nacional de Fomento Energético establece bases firmes para la transición, marcando un antes y un después en la matriz energética argentina. Este paso no solo beneficia a la industria, sino a todos los ciudadanos, consolidando el compromiso con el medio ambiente y las futuras generaciones.
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