La inversión térmica, un fenómeno donde el aire frío se desplaza desde las alturas montañosas a los valles, ofrece un nuevo enfoque en la conservación de la biodiversidad. Este descubrimiento pone de manifiesto la importancia de preservar los “puntos fríos” en las montañas como refugios estratégicos para especies de árboles de climas fríos.

Según estudios recientes, estos refugios pueden jugar un papel crucial al proporcionar condiciones estables que permitan a las especies arbóreas adaptarse y sobrevivir en un mundo con temperaturas en aumento. La conservación de estos hábitats podría ser clave para la supervivencia de muchas especies.

El estudio sugiere que los esfuerzos de conservación deben enfocarse en estos valles fríos como áreas prioritarias. Esto no solo podría desacelerar los impactos del cambio climático en estas regiones, sino también permitir la migración y adaptación genética de especies arbóreas que de otra manera estarían amenazadas.

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